doctrina de la congregación cristiana
La Fe que la CONGREGACIÓN CRISTIANA EN BOLIVIA propaga, consiste en magnificar siempre más la celestial vocación, en cada uno de los miembros y retener la libertad que Cristo Jesús Nuestro Señor nos franqueó con Su muerte y resurrección, para que Él pueda imperar con la Divina Gracia en los corazones de los redimidos por la Sangre del Pacto Eterno y guiarlos por el Espíritu Santo en toda verdad, en honor, loor y gloria de Dios Padre, El eternamente Bendito. “En lo demás, seamos sobrios, depositando en Él toda nuestra ansiedad, porque Él tiene cuidado de todos nosotros y de su Obra. 1ra Pedro 5:7-8”. La doctrina que profesa la CONGREGACIÓN CRISTIANA EN BOLIVIA, es resumida en los siguientes doce (12) puntos:
I. Nosotros creemos en la entera Santa Biblia y la aceptamos como conteniendo la infalible Palabra de Dios, inspirada por el Espíritu Santo. La Palabra de Dios es la única y perfecta guía de nuestra fe y conducta, y a Ella nada se puede añadir ni de Ella quitar. Es, también, el poder de Dios para salvación de todo aquél que cree. (II Pedro 1:21; II Timoteo 3:16-17; Romanos 1:16).
II. Nosotros creemos que hay un solo Dios viviente y verdadero, eterno y de infinito poder, Creador de todas las cosas, en cuya unidad están el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. (Efesios 4:6; Mateo 28:19; I Juan 5:7).
III. Nosotros creemos que Jesucristo, el Hijo de Dios, es la Palabra hecha carne, habiendo asumido una naturaleza humana en el vientre de María virgen, poseyendo Él, por consiguiente, dos naturalezas, la divina y la humana; por eso es llamado verdadero Dios y verdadero hombre y es el único Salvador, pues sufrió la muerte por la culpa de todos los hombres. (Lucas 1:27-35; Juan 1:14; y I Pedro 3:18).
IV. Nosotros creemos en la existencia personal del diablo y de sus ángeles, malos espíritus que, junto a él, serán castigados en el fuego eterno. (Mateo 25:41).
V. Nosotros creemos que el nuevo nacimiento y la regeneración sólo se reciben por la fe en Jesucristo, el cual por nuestros pecados fue entregado y resucitó para nuestra justificación. Los que están en Cristo Jesús son nuevas criaturas. Jesucristo, para nosotros, fue hecho por Dios sabiduría, justicia, santificación y redención. (Romanos 3:24-25; I Corintios 1:30; II Corintios 5:17).
VI. Nosotros creemos en el bautismo en agua, con una sola inmersión, en el nombre de Jesucristo, (Hechos 2:38), y en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. (Mateo 28:18-19).
VII. Nosotros creemos en el bautismo del Espíritu Santo, con evidencia de nuevas lenguas, conforme el Espíritu Santo concede que se hable. (Hechos 2:4; 10:45-47; 19:6).
VIII. Nosotros creemos en la Santa Cena. Jesucristo, la noche que fue traicionado: Y tomando el pan y habiendo dado gracias, lo partió, y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. Asimismo también la copa, después que hubo cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama. (Lucas 22:19, 20; I Corintios 11:24, 25).
IX. Nosotros creemos en la necesidad de abstenernos de las cosas sacrificadas a los ídolos, de sangre, carne ahogada, y de fornicación, conforme mostró el Espíritu Santo en la Asamblea de Jerusalén. (Hechos 15:28, 29; 16:4; y 21:25).
X. Nosotros creemos que Jesucristo tomó sobre Sí nuestras enfermedades. “¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la Iglesia y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. La oración de fe salvará al enfermo y el Señor lo levantará y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados”. (Mateo 8:17; Santiago 5:14, 15).
XI. Nosotros creemos que el mismo Señor (antes del milenio) descenderá del cielo con aclamación, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivamos, los que quedemos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. (I Tesalonicenses 4:16,17; Apocalipsis 20:6).
XII. Nosotros creemos que habrá de haber la resurrección corporal de los muertos, justos e injustos. Éstos irán para el tormento eterno, más los justos para la vida eterna. (Hechos 24:15; Mateo 25:46).